Etiquetas
amor, existir, melancolía, sensaciones, sentimientos, tristeza, vivir
Ya van casi dos meses desde que una pandemia ha sacudido el planeta. Cada noche agradezco por lo bueno que tengo y por lo que no pudo ser. Pero he descubierto que hay una persona que duele no poder tener cerca… a vos. Porque, aunque no lo creí posible, entre juegos y complicidades me enamoré de vos.
Descubrí que hay tanto que me has enseñado en tan poco, y tantas cosas que todavía nos quedan por compartir. Porque sos ese ser que me hace amarme más a mí (tanto como te amo a vos) y verme tan maravillosa como vos me ves. Amo lo especial que te has vuelto para mí y la calidez y la luz que has traído a mi vida. Me entristece entender que no sabemos cuándo acabará esta distancia o si podremos estar como la penúltima vez que nos vimos.
Cada vez más, me doy cuenta de todo lo que extraño en estos momentos… Encontrarnos la última vez en éstas circunstancias, cuando salir fue una necesidad y no por diversión, descubrí que entre todo lo que extraño está el no tener que estar a más de un metro de distancia, viéndonos a través de lentes protectores y ocultando la sonrisa tras una mascarilla para evitar el contagio… Extraño no tener que gritar que te amo, sino decírtelo bajito, al oído, en la calidez y seguridad de un abrazo tuyo. No es que no quisiera gritarlo a los cuatro vientos, pero prefiero mil veces decirlo en la complicidad de un susurro mientras me sostienen tus brazos. Extraño poder apoyarme sobre tu hombro para molestarte y poderte dar besitos en la mejilla. Extraño que tomaras mis manos y luego las besaras con tanto amor. Cada vez que besabas mi frente, cada vez que llegabas y me decías “Hola, hermosa” con esa sonrisa que me mata, todo eso lo extraño.
En ese momento que quedamos solos, a una distancia prudente, y que me dijiste “Te amo, mi amor”, en ese momento mi corazón lloró, mi voz se quebró al decirte que te amaba, y se humedecieron mis ojos. Me sentí atrapada en un espacio tan grande. Entendí que te amo tanto que esa distancia es lo mejor que puedo hacer por vos. Supe en ese momento que la primera persona con quién quiero pasar los primeros minutos de libertad es con vos y con nadie más. Las demás personas las amo y las disfruto a diario. Y con todos ellos no tengo remordimientos ni pesares de manera alguna. Todos los días les di el amor y los abrazos que pude a través de los años y por ello estoy tranquila.
Pero vos… vos sos ese regalo que no imaginé recibir. Sos la experiencia más bonita que quiero seguir experimentando el resto de mis días. Sos la persona que me hace creer en que no importa qué tan difícil pueda ser toda esta incertidumbre, porque la sola idea de sentirte cerca de nuevo me da la fuerza para tener esa paciencia y esperar ese preciso momento. Ya esperé tantos años… y puedo esperar un poco más… Porque, en resumidas cuentas, yo a vos te amo.
